La Biblia Católica es una fuente inagotable de sabiduría y enseñanza para los fieles. En ella se encuentran pasajes que guían la vida espiritual y moral de los creyentes. Uno de estos pasajes se encuentra en el Evangelio de Mateo, en el capítulo 6, versículos 3 y 4. En este artículo, descubriremos la enseñanza de la Biblia Católica en Mateo 6:3-4.
Contexto del pasaje
Antes de profundizar en el significado de los versículos 3 y 4 de Mateo 6, es importante entender el contexto en el que se encuentran. Jesús está hablando a sus discípulos sobre la práctica de la caridad y la importancia de hacerlo en secreto, sin buscar reconocimiento o recompensa por parte de los demás. Él les está enseñando a ser generosos y a hacerlo de manera desinteresada.
La enseñanza de la Biblia Católica en Mateo 6:3
El versículo 3 de Mateo 6 dice así: «Pero cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha». La enseñanza de este versículo es clara: debemos ser discretos al realizar actos de caridad y no buscar el reconocimiento público por ellos. Es importante recordar que la caridad debe ser un acto de amor y generosidad, no de egoísmo.
La importancia de la discreción
La discreción es una virtud que se valora mucho en la Biblia Católica. En Proverbios 11:2 se dice: «Cuando viene la soberbia, viene también el deshonor; mas con los humildes está la sabiduría». La humildad es una cualidad esencial para aquellos que buscan seguir los preceptos bíblicos y hacer el bien sin buscar reconocimiento.
La recompensa de la caridad
Aunque no debemos buscar recompensa por la caridad que hacemos, la Biblia Católica nos asegura que seremos recompensados por Dios por nuestros actos de amor y generosidad. En Mateo 6:4 se dice: «Para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público». Dios es un Dios generoso y fiel, y siempre recompensará a aquellos que hacen el bien a los demás.
La enseñanza de la Biblia Católica en Mateo 6:3-4 es una llamada a la generosidad y a la humildad. Debemos ser discretos al realizar actos de caridad y hacerlo sin buscar reconocimiento público. La recompensa por nuestros actos de amor y generosidad vendrá de la mano de Dios, quien siempre recompensa a aquellos que hacen el bien a los demás. Recordemos siempre las palabras de Jesús en Mateo 25:40: «En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí lo hicisteis».