La lisonja es un comportamiento que consiste en el uso de palabras o gestos exagerados para halagar o adular a alguien sin razón justificada. La lisonja puede ser muy perjudicial para la vida espiritual de una persona, ya que puede fomentar el orgullo y la vanidad, y alejarla de la verdad y la humildad. En este artículo exploraremos lo que dice la Biblia sobre la lisonja y cómo evitar caer en sus trampas.
¿Qué dice la Biblia sobre la lisonja?
La lisonja se menciona varias veces en la Biblia, principalmente en el contexto de cómo los líderes religiosos y políticos a menudo la utilizan para obtener poder y control sobre otros. En Proverbios 26:28 se dice: «La lengua falsa odia a los que ha herido, y la boca lisonjera hace resbalar». Es decir, la lisonja puede ser utilizada para engañar y manipular a otros, y a menudo resulta en daño y dolor.
En Job 32:21-22, Eliú le dice a Job: «No acepto la parcialidad de nadie ni adulo a nadie. Porque no sé adular, de lo contrario, mi Creador me llevaría pronto». Es decir, la lisonja no es algo que deba ser practicado por los creyentes, ya que va en contra de la verdad y la integridad.
¿Cómo afecta la lisonja a nuestra vida espiritual?
La lisonja puede ser muy perjudicial para la vida espiritual de una persona. Cuando recibimos lisonjas, podemos sentirnos halagados y complacidos, lo que puede fomentar el orgullo y la vanidad. Esto, a su vez, nos aleja de la verdad y la humildad, y nos hace más vulnerables a la tentación y el pecado.
En Mateo 23:5-7, Jesús critica a los líderes religiosos por su amor a la lisonja: «Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres.
Ensancharon sus filacterias y alargaron los flecos de sus mantos. Aman los primeros puestos en las cenas y las primeras sillas en las sinagogas, y los saludos en las plazas y el ser llamados por los hombres ‘Rabí’». Es decir, la lisonja puede ser utilizada para buscar la aprobación y el reconocimiento de los demás, en lugar de buscar la voluntad de Dios.
¿Cómo podemos evitar caer en las trampas de la lisonja?
Para evitar caer en las trampas de la lisonja, es importante cultivar la humildad y la verdad en nuestras vidas. En Filipenses 2:3-4 se nos insta a «hacer nada por rivalidad o vanidad, sino cada uno con humildad, considerando a los demás como superiores a sí mismo. Cada uno no busque su propio interés, sino el de los demás». Es decir, debemos buscar el bienestar de los demás en lugar de buscar nuestra propia gloria.
Además, es importante rodearnos de personas que nos hablen con la verdad y la honestidad, en lugar de lisonjearnos. En Proverbios 27:6 se dice: «Fieles son las heridas del amigo, pero engañosos los besos del enemigo». Es decir, es mejor recibir una crítica constructiva de un amigo que una lisonja vacía de un enemigo.
La lisonja es un comportamiento que puede ser muy perjudicial para nuestra vida espiritual. Al buscar la verdad y la humildad, y rodearnos de personas que nos hablen con honestidad, podemos evitar caer en las trampas de la lisonja y seguir el camino de Dios. Recordemos siempre las palabras de Proverbios 28:23: «El que reprende a alguien recibirá después más favor que el que lisonjea con la lengua».