¿Qué dice la Biblia sobre el dueño del mundo?
La Biblia es una fuente de información valiosa sobre la existencia de Dios y su relación con el mundo. En diferentes pasajes, se describe a Dios como el creador y dueño del mundo. Por ejemplo, en el Salmo 24:1 se lee: «Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella, el mundo y los que en él habitan.»
Sin embargo, en la Biblia también se hace referencia a otras entidades que pueden considerarse dueños del mundo. En Efesios 2:2, por ejemplo, se menciona al «príncipe de la potestad del aire», que se interpreta como Satanás o el diablo.
¿Por qué se considera a Dios el verdadero dueño del mundo?
Aunque en la Biblia se mencionan otras entidades que pueden considerarse dueños del mundo, Dios es el único que tiene la capacidad de crear y sostener el universo. En Isaías 40:28 se lee: «¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable.»
Además, Dios es considerado el dueño del mundo porque es el que tiene el derecho y la autoridad para gobernarlo. En Daniel 4:34-35, el rey Nabucodonosor reconoce la soberanía de Dios sobre el mundo: «Al fin de los días, yo, Nabucodonosor, alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades.»
¿Qué papel juega Satanás en la posesión del mundo?
Aunque Satanás se presenta como el príncipe de este mundo, su poder y autoridad son limitados por Dios. En Juan 12:31, Jesús dice: «Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.»
Aunque Satanás puede intentar influir en el mundo y en las personas, su poder es limitado por Dios.
En 1 Juan 4:4 se lee: «vosotros sois de Dios, hijitos, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.»
¿Cómo podemos reconocer la autoridad de Dios sobre el mundo?
Reconocer la autoridad de Dios sobre el mundo implica aceptar su soberanía y obedecer sus mandamientos. En Romanos 13:1 se lee: «Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.»
Además, reconocer la autoridad de Dios implica confiar en su plan y propósito para el mundo. En Jeremías 29:11 se lee: «Porque yo sé los planes que tengo para vosotros, planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.»
¿Qué podemos aprender de la idea de que Dios es el dueño del mundo?
La idea de que Dios es el dueño del mundo nos recuerda que no estamos solos en este mundo y que tenemos un propósito que va más allá de nuestra vida terrenal. Además, nos invita a confiar en la providencia de Dios y a buscar su voluntad en nuestras acciones.
Reconocer la autoridad de Dios sobre el mundo también implica ser responsables con el medio ambiente y con las personas que nos rodean. Como dueño del mundo, Dios nos ha dado la responsabilidad de cuidar y preservar el planeta y de tratar a los demás con amor y respeto.
La Biblia nos muestra que Dios es el verdadero dueño del mundo, aunque existen otras entidades que pueden reclamar ese título. Reconocer la autoridad de Dios implica aceptar su soberanía, confiar en su plan y propósito para el mundo y ser responsables con el medio ambiente y las personas que nos rodean.