La historia de Balam es un relato bíblico que se encuentra en Números 22-24. Es un relato fascinante sobre la fe y la obediencia, y cómo Dios puede usar a cualquier persona, incluso a quienes no son de su pueblo, para llevar a cabo su voluntad. En este artículo, exploraremos la historia de Balam y veremos cómo su vida puede ser aplicada en nuestras vidas hoy en día.
¿Quién era Balam?
Balam era un adivino de la ciudad de Petor, que se encontraba en el este del río Éufrates. Él era conocido por su habilidad para maldecir o bendecir a las personas. Cuando el rey Balac de Moab supo que los israelitas iban a pasar por su territorio, temió que fueran una amenaza para su reino. Así que envió mensajeros a Balam para que los maldecira.
El primer encuentro con Dios
Cuando los mensajeros de Balac llegaron a la ciudad de Balam, él les dijo que esperaran mientras consultaba con Dios. Esa noche, Dios le habló a Balam y le dijo que no maldeciría a los israelitas porque eran su pueblo bendecido. Balam informó a los mensajeros de Balac que no podía maldecir a los israelitas.
El segundo encuentro con Dios
Balac no se dio por vencido e invitó a Balam a su palacio, ofreciéndole una gran cantidad de dinero para maldecir a los israelitas. Balam aceptó la oferta y se fue con los mensajeros de Balac. Sin embargo, en el camino, Dios se enojó con Balam y envió un ángel para detenerlo. Balam no podía ver al ángel, pero su burra sí lo vio y se negó a avanzar. Balam la golpeó y Dios le permitió ver el ángel.
El ángel le dijo a Balam que no maldeciría a los israelitas.
La bendición de Balam
Cuando Balam llegó a Moab, Balac lo llevó a varios lugares para maldecir a los israelitas, pero cada vez que intentaba maldecirlos, Dios ponía palabras de bendición en su boca. Balam pronunció una poderosa bendición sobre los israelitas, diciendo: «¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob, tus moradas, oh Israel! Como arroyos que corren, como jardines junto al río, como áloes plantados por el Señor, como cedros junto a las aguas» (Números 24:5-6).
Lecciones de la historia de Balam
La historia de Balam nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra que Dios puede usar a cualquier persona para llevar a cabo su voluntad. Balam no era un israelita, pero Dios lo usó para bendecir a su pueblo. En segundo lugar, nos enseña que la obediencia a Dios es más importante que el dinero y las recompensas materiales. Balam recibió una gran cantidad de dinero de Balac, pero al final, obedeció a Dios y bendijo a los israelitas en lugar de maldecirlos. Nos enseña que Dios es fiel a su pueblo y siempre los bendice.
¿Por qué Dios le permitió a Balam aceptar la oferta de Balac?
Dios permitió que Balam aceptara la oferta de Balac para enseñarle una lección sobre la obediencia. Aunque Balam sabía que no debía maldecir a los israelitas, aceptó la oferta por dinero. Dios lo detuvo en el camino y le mostró que la obediencia a Dios es más importante que el dinero.
¿Por qué Dios usó a Balam para bendecir a los israelitas?
Dios usó a Balam para bendecir a los israelitas para mostrar que Él es soberano y puede usar incluso a quienes no son de su pueblo para llevar a cabo su voluntad. También quería mostrar que siempre es fiel a su pueblo y los bendice.