¿Qué es la presunción?
La presunción es un término que se utiliza para describir la actitud arrogante y excesivamente confiada de una persona. La presunción puede ser peligrosa y puede llevar a la persona a tomar decisiones imprudentes y arriesgadas. En la Biblia, la presunción es vista como un pecado y se considera una falta de humildad.
¿Qué dice la Biblia sobre la presunción?
La Biblia tiene mucho que decir sobre la presunción. En Proverbios 16:18, se dice que «la soberbia precede a la destrucción; y el espíritu altivo, a la caída». En otras palabras, la presunción puede llevar a la ruina. En Proverbios 8:13 se nos dice que «el temor del Señor es aborrecer el mal. El orgullo, la arrogancia, el mal camino y la boca perversa, yo los aborrezco». El orgullo y la arrogancia son vistos como pecados graves en la Biblia.
¿Cómo podemos evitar la presunción?
La humildad es la clave para evitar la presunción. En Filipenses 2:3-4 se nos dice que «no hagáis nada por rivalidad o por vanagloria, sino que con humildad cada uno considere a los demás como superiores a sí mismo, no buscando cada uno su propio interés, sino el de los demás». Debemos aprender a ser humildes y a valorar a los demás por encima de nosotros mismos.
¿Por qué es importante evitar la presunción?
La presunción puede llevar a la ruina y a la destrucción. Si nos creemos mejores que los demás y tomamos decisiones imprudentes basadas en esa creencia, podemos terminar perjudicándonos a nosotros mismos y a aquellos que nos rodean.
Además, la presunción va en contra de los principios cristianos de amor y humildad.
¿Cómo podemos cultivar la humildad?
La humildad es algo que debemos cultivar activamente. En Colosenses 3:12 se nos dice que «como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de afecto entrañable y de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia». Debemos esforzarnos por ser bondadosos, humildes y pacientes en nuestras relaciones con los demás. También debemos recordar que todo lo que tenemos viene de Dios y debemos estar agradecidos por sus bendiciones.
¿Cómo podemos reconocer la presunción en nosotros mismos?
A veces puede ser difícil reconocer la presunción en nosotros mismos, pero hay ciertas señales de advertencia a tener en cuenta. Si nos encontramos pensando que somos mejores que los demás, si tomamos decisiones imprudentes basadas en nuestra propia opinión, o si nos negamos a escuchar los consejos de los demás, es posible que estemos cayendo en la trampa de la presunción.
¿Cómo podemos corregir la presunción?
Si reconocemos que hemos caído en la trampa de la presunción, debemos tomar medidas para corregir nuestro comportamiento. Debemos pedir perdón a aquellos que hemos lastimado y buscar la ayuda y el consejo de otros. También debemos buscar la guía y la sabiduría de Dios a través de la oración y la lectura de la Biblia.
La presunción es un pecado grave que puede llevar a la ruina y la destrucción. Como cristianos, debemos esforzarnos por ser humildes y valorar a los demás por encima de nosotros mismos. Si reconocemos la presunción en nosotros mismos, debemos tomar medidas para corregir nuestro comportamiento y buscar la ayuda y la guía de Dios. Al cultivar la humildad en nuestras vidas, podemos vivir de acuerdo con los principios cristianos de amor y humildad.