Predestinación según la Biblia: ¿Qué dice la palabra de Dios?

La predestinación es un tema complejo y controversial que ha sido objeto de debate en la teología cristiana durante siglos. La pregunta central es si Dios ha predestinado a algunas personas a la salvación y a otras a la condenación, o si las personas tienen libre albedrío y pueden elegir su destino eterno. En este artículo, exploraremos lo que la Biblia dice sobre la predestinación y cómo los cristianos han interpretado esta enseñanza a lo largo de la historia.

¿Qué es la predestinación?

La predestinación es la creencia de que Dios ha decidido de antemano el destino eterno de cada persona. Algunos cristianos creen que Dios ha predestinado a algunas personas para la salvación y a otras para la condenación, mientras que otros creen que Dios predestina a las personas en base a su conocimiento previo de sus elecciones.

La predestinación en la Biblia

La predestinación se menciona varias veces en la Biblia, pero no siempre de manera clara o consistente. Por ejemplo, en Romanos 8:29-30, Pablo escribe: «Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó».

Esta afirmación sugiere que Dios predestina a las personas a la salvación, pero también implica que la predestinación se basa en el conocimiento previo de Dios de las personas que lo aceptarán. Otros pasajes, como 1 Timoteo 2:3-4, parecen apoyar la idea de que Dios quiere que todas las personas sean salvas: «Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad».

Interpretaciones de la predestinación

La predestinación ha sido interpretada de diferentes maneras a lo largo de la historia cristiana. Una de las primeras interpretaciones importantes fue la de Agustín de Hipona, quien defendió la idea de la predestinación incondicional, es decir, que Dios predestina a las personas sin tener en cuenta sus acciones o elecciones. Esta teología fue adoptada por la Iglesia Católica Romana y también por algunos reformadores protestantes como Juan Calvino.

Sin embargo, otros reformadores, como Martín Lutero, creían que la predestinación se basaba en la fe y la elección de las personas, y que Dios predestinaba a aquellos que elegían creer en Él. Esta teología se ha conocido como la predestinación condicional.

¿Qué dice la Biblia sobre el libre albedrío?

El libre albedrío es la creencia de que las personas tienen la capacidad de elegir su destino eterno. Si bien la Biblia no menciona explícitamente el libre albedrío, sugiere que las personas tienen cierta libertad de elección. Por ejemplo, en Deuteronomio 30:19, Dios dice a Israel: «Hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal; si obedeces los mandamientos del Señor tu Dios que yo te mando hoy, amando al Señor tu Dios, andando en sus caminos, y guardando sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, entonces vivirás y te multiplicarás».

Este pasaje sugiere que las personas tienen la opción de obedecer o desobedecer a Dios, y que sus elecciones tienen consecuencias eternas.

La tensión entre la predestinación y el libre albedrío

La tensión entre la predestinación y el libre albedrío ha sido una fuente de debate y controversia en la teología cristiana. Algunos cristianos creen que Dios predestina a algunas personas a la salvación y a otras a la condenación, pero que las personas todavía tienen cierta libertad para elegir. Otros creen que la predestinación y el libre albedrío son incompatibles y que las personas tienen una libertad absoluta para elegir su destino eterno.

La predestinación es un tema complejo y controversial en la teología cristiana. Si bien la Biblia menciona la predestinación, no siempre es clara o consistente en su enseñanza. Los cristianos han interpretado la predestinación de diferentes maneras a lo largo de la historia, y la tensión entre la predestinación y el libre albedrío sigue siendo objeto de debate. Sin embargo, lo que es seguro es que Dios quiere que todas las personas sean salvas y que las personas tienen la libertad de elegir su destino eterno.