El Evangelio de Lucas es uno de los cuatro Evangelios canónicos del Nuevo Testamento. A menudo, se dice que Lucas es el Evangelio más teológico, ya que contiene muchas enseñanzas e historias que ofrecen una comprensión más profunda de la fe cristiana. En este artículo, nos centraremos en Lucas 7:31-35, donde Jesús reflexiona sobre la actitud del pueblo hacia su ministerio. Analizaremos este pasaje con profundidad y trataremos de entender su significado más profundo.
Contexto
Antes de sumergirnos en el pasaje en sí, es importante entender el contexto en el que se encuentra. En el capítulo 7 de Lucas, Jesús realiza varios milagros, como la curación del siervo del centurión y la resurrección del hijo de una viuda. Después de estos milagros, Juan el Bautista envía a sus discípulos para preguntarle a Jesús si es el Mesías o si deben esperar a otro. En respuesta, Jesús les dice que los milagros que ha realizado son una prueba de que él es el Mesías.
El pasaje
En Lucas 7:31-35, Jesús habla a la multitud sobre cómo la gente ha respondido a su ministerio. Comienza diciendo: «¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación, y a quién son semejantes?» Luego, Jesús compara a la gente de su tiempo con los niños que juegan en el mercado y se quejan cuando otros no quieren jugar el juego que ellos quieren. En otras palabras, Jesús está diciendo que la gente de su tiempo es inconstante y no sabe lo que quiere.
Luego, Jesús continúa diciendo que Juan el Bautista vino y fue rechazado por la gente porque no comía ni bebía, y que Jesús vino y fue rechazado porque comía y bebía. Jesús está señalando la hipocresía de la gente, quienes lo rechazan a él y a Juan el Bautista por diferentes razones, pero no aceptan a ninguno de los dos.
Significado
Este pasaje es una crítica a la gente de la época de Jesús, pero también tiene un significado más profundo. Jesús está señalando que la gente a menudo está en desacuerdo con lo que dice y hace, y que es difícil complacer a todos. También está señalando que la gente a menudo rechaza a aquellos que son diferentes a ellos, incluso si esas diferencias son pequeñas o no tienen importancia.
En última instancia, Jesús está enseñando que la gente debe ser abierta y compasiva con los demás, incluso si no están de acuerdo con todo lo que hacen o dicen. La hipocresía y la inconstancia no son características del Reino de Dios, y Jesús está llamando a la gente a ser más consciente de sus propias acciones y a actuar de manera compasiva y amorosa hacia los demás.
¿Por qué la gente rechazó a Jesús y a Juan el Bautista?
La gente rechazó a Jesús y a Juan el Bautista por diferentes razones. Juan el Bautista era un asceta que no comía ni bebía, lo que algunos consideraban una señal de santidad. Jesús, por otro lado, comía y bebía con todo tipo de personas, incluyendo pecadores y prostitutas. Mucha gente no estaba de acuerdo con su estilo de vida y lo rechazó por eso.
¿Qué significa este pasaje para los cristianos hoy en día?
Este pasaje nos recuerda la importancia de ser abiertos y compasivos con los demás, incluso si no estamos de acuerdo con todo lo que hacen o dicen. También nos recuerda que la hipocresía y la inconstancia no son características del Reino de Dios, y que debemos actuar de manera compasiva y amorosa hacia los demás. En última instancia, este pasaje nos llama a ser más conscientes de nuestras propias acciones y a trabajar por la unidad y la paz en el mundo.