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Descubre el profundo mensaje de Malaquías 3 en la Biblia de Jerusalén

La Biblia de Jerusalén es una de las versiones de las Escrituras más antiguas y respetadas. En ella, encontramos el libro de Malaquías, que contiene un mensaje profundo y significativo para los cristianos. En este artículo, exploraremos Malaquías 3 y descubriremos su mensaje central y cómo podemos aplicarlo en nuestra vida diaria.

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La promesa de la llegada del Señor

Malaquías 3 comienza con una promesa de la llegada del Señor. El Señor promete enviar a su mensajero para preparar el camino antes de su llegada. Este mensajero preparará el camino para que el Señor pueda entrar en el templo y purificar a su pueblo. Esta promesa es un recordatorio de que el Señor siempre cumple sus promesas y que debemos estar preparados para su llegada en cualquier momento.

La purificación del pueblo de Dios

En el versículo 3, el Señor habla de su purificación del pueblo de Dios. Él dice que se sentará como un refinador y purificará la plata y el oro. Este pasaje es una imagen poderosa de cómo el Señor purifica a su pueblo y lo lleva a la santidad. Como cristianos, debemos estar dispuestos a someternos a la purificación del Señor y permitir que Él nos transforme en su imagen.

La fidelidad del Señor

En el versículo 6, el Señor habla de su fidelidad hacia su pueblo. Él dice: «Yo, el Señor, no cambio». Esta declaración es una promesa de que el Señor siempre será fiel y nunca cambiará. Como cristianos, podemos confiar en la fidelidad del Señor y depender de Él en todo momento.

La importancia de dar ofrendas

En el versículo 8, el Señor habla de la importancia de dar ofrendas. Él dice: «¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Pero decís: ‘¿En qué te hemos robado?’ En los diezmos y en las ofrendas». Este pasaje es un recordatorio de que debemos ser fieles en dar nuestras ofrendas y diezmos al Señor.

Al hacerlo, estamos demostrando nuestra confianza en Él y estamos ayudando a financiar su obra en la tierra.

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La bendición de la obediencia

En el versículo 10, el Señor habla de la bendición de la obediencia. Él dice: «Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice el Señor de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde». Este pasaje es un recordatorio de que cuando somos fieles en obedecer al Señor, Él nos bendecirá abundantemente. Debemos confiar en su provisión y ser fieles en todo lo que hacemos.

La importancia de recordar la Ley de Moisés

En el versículo 22, el Señor habla de la importancia de recordar la Ley de Moisés. Él dice: «Acordaos de la Ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb de leyes y preceptos para todo Israel». Este pasaje es un recordatorio de que debemos recordar y obedecer la Ley de Dios en nuestras vidas diarias. Debemos estar dispuestos a someternos a su autoridad y seguir sus mandamientos en todo lo que hacemos.

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Malaquías 3 contiene un mensaje profundo y significativo para los cristianos. Este mensaje nos recuerda la promesa de la llegada del Señor, la importancia de la purificación, la fidelidad del Señor, la importancia de dar ofrendas, la bendición de la obediencia y la importancia de recordar la Ley de Moisés. Como cristianos, debemos estar dispuestos a someternos a la autoridad del Señor y seguir su palabra en nuestras vidas diarias.

¿Por qué es importante recordar la Ley de Moisés?

Es importante recordar la Ley de Moisés porque es la palabra de Dios y nos muestra el camino de la justicia y la santidad. La Ley de Moisés nos enseña cómo vivir en armonía con Dios y con los demás. Al recordar y obedecer la Ley de Dios, estamos demostrando nuestra confianza en Él y estamos viviendo en obediencia a su voluntad.

¿Qué significa la purificación del pueblo de Dios?

La purificación del pueblo de Dios significa que el Señor purifica a su pueblo de todo pecado y lo lleva a la santidad. Como cristianos, debemos estar dispuestos a someternos a la purificación del Señor y permitir que Él nos transforme en su imagen. Esto significa estar dispuestos a renunciar a todo pecado y vivir en obediencia a su palabra en nuestras vidas diarias.