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Lc 1 26-38

Acontecimientos religiosos de la Biblia

La Anunciación: Lc 1 26-38

En este artículo, exploraremos uno de los momentos más significativos en la Biblia, la Anunciación. Este relato se encuentra en el libro de Lucas, capítulo 1, versículos 26 al 38. La historia nos presenta un encuentro celestial entre el ángel Gabriel y la virgen María.

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El mensaje divino

En este pasaje bíblico, se nos cuenta cómo el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret. Ahí es donde aparece María, una joven virgen desposada con un hombre llamado José. Gabriel se le presenta y le saluda diciendo: “¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo”. Estas palabras del ángel desconciertan a María, pero él continúa: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo al que pondrás por nombre Jesús”.

La respuesta de María

María, aunque sorprendida, muestra su fe y sometimiento a la voluntad de Dios al preguntar: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”. El ángel le explica que el Espíritu Santo descenderá sobre ella y el poder del Altísimo la cubrirá con su sombra, por lo cual el niño que nacerá será llamado Hijo de Dios. Convencida por las palabras del ángel, María responde: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra”.

Significado y relevancia

Este episodio es de gran importancia en la historia religiosa, ya que marca el inicio del cumplimiento de las promesas divinas sobre la venida del Mesías. La aceptación de María y su disposición a ser el instrumento de Dios en la encarnación de Jesús, muestra su profunda fe y humildad frente al plan de Dios.

Cabe destacar que, a través de la Anunciación, se proclama una gran verdad teológica: la concepción virginal de Jesús. Este evento es crucial para entender la naturaleza divina de Cristo y su papel redentor en la historia de la salvación.

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En resumen, la Anunciación es un acontecimiento trascendental en la Biblia, donde el ángel Gabriel transmite a María el mensaje divino de que dará a luz al Hijo de Dios. La respuesta humilde y confiada de María ante esta revelación es ejemplo de fe y obediencia a la voluntad de Dios. Invitamos a todos a leer detenidamente el pasaje de Lc 1 26-38 para apreciar este importante momento en la historia de la fe cristiana.

Lc 1 26-38

26 En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David. El nombre de la virgen era María. 28 Y entrando, le dijo: ¡Alégrate, muy favorecida! El Señor está contigo. 29 Ella se turbó por estas palabras, y se preguntaba qué tipo de saludo era este. 30 Pero el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. 32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre; su reino no tendrá fin. 34 Pero María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre? 35 Respondiendo, el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, también el Santo que nacerá será llamado Hijo de Dios. 36 Mira, también tu pariente Elisabet ha concebido un hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril. 37 Porque ninguna palabra de Dios será imposible. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; que me suceda conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

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