La Santidad de Dios
La Santidad de Dios es uno de los conceptos fundamentales en la fe cristiana. Según la Biblia, Dios es completamente santo y apartado de toda imperfección. En este artículo, exploraremos qué significa la Santidad de Dios y cómo se manifiesta a lo largo de los acontecimientos religiosos registrados en las Sagradas Escrituras.
La Santidad de Dios en la Creación
Desde el inicio, la Sagrada Escritura nos muestra la Santidad de Dios en la creación del mundo. Génesis 1:31 nos dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno.” Este versículo revela que la creación original era perfecta y sin mancha, reflejando la pureza e integridad de Dios, quien es el autor de todo lo bueno.
Además, en el libro de Éxodo encontramos que el encuentro de Moisés con Dios en el monte Sinaí muestra la Santidad divina de una manera impresionante. Dios se le aparece en una “zarza que ardía en fuego, y la zarza no se consumía” (Éxodo 3:2). La presencia de Dios en este evento sagrado nos revela su pureza y su separación del pecado y la corrupción del mundo.
La Santidad de Dios en la Historia del Pueblo de Israel
La historia del pueblo de Israel es una narración que destaca la santidad de Dios en relación con su pueblo escogido. En el libro de Levítico, encontramos las leyes y los mandamientos que Dios dio a Israel para vivir de acuerdo a Su santidad. Moisés comunica al pueblo: “Yo soy el Señor vuestro Dios; vosotros, pues… seréis santos, porque yo soy santo.” (Levítico 11:44)
El libro de los Salmos también nos ayuda a comprender la Santidad de Dios a través de los cánticos que exaltan y adoran a Dios. Salmo 99:5 proclama: “Exaltad al Señor nuestro Dios, y postraos ante el estrado de sus pies; porque es santo.” Estos salmos nos invitan a reconocer la Santidad de Dios y a responder con reverencia y adoración.
La Santidad de Dios en Jesucristo
La culminación de la revelación de la Santidad de Dios se encuentra en Jesucristo, quien es Dios hecho hombre. A través de su vida, muerte y resurrección, Jesús mostró la plenitud de la Santidad divina y abrió el camino para nuestra reconciliación con Dios.
En los Evangelios, Jesús realiza milagros y enseña con autoridad, demostrando su divinidad y su conexión con la Santidad de Dios. Mateo 9:35 nos dice: “Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia entre el pueblo.” Estas acciones revelan el poder y la pureza de Dios encarnado en Jesús.
La Santidad de Dios es un llamado a vivir en comunión y adoración a nuestro Creador. A través de las Sagradas Escrituras y la vida de Jesucristo, podemos comprender la profundidad y la grandeza de la Santidad divina.