¿Qué nos pide Jesús para recibir el Reino de Dios?
La Biblia, el libro sagrado para los cristianos, nos presenta enseñanzas y acontecimientos religiosos que nos guían en nuestro camino espiritual. A lo largo de sus páginas, encontramos numerosos pasajes en los cuales Jesús nos habla acerca de los requisitos necesarios para recibir el Reino de Dios. En este artículo, exploraremos algunas de estas enseñanzas, recopilando datos de fuentes primarias para comprender qué nos pide Jesús para alcanzar la vida eterna.
El amor a Dios y al prójimo
Uno de los principales mandamientos que Jesús nos presenta es el amor a Dios y al prójimo. En el Evangelio según Mateo, Jesús dice: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:37-39).
Para recibir el Reino de Dios, es necesario amar y adorar a Dios por encima de todas las cosas, reconociendo su presencia y soberanía en nuestras vidas. Además, Jesús nos enseña que debemos amar a nuestro prójimo, tratarlo con bondad y compasión, perdonar y ayudar a los necesitados.
La fe en Jesús y la salvación
Otro aspecto fundamental para recibir el Reino de Dios es tener fe en Jesús como el Hijo de Dios y Salvador de nuestras vidas. Jesús mismo dijo: “En verdad les digo que el que escucha mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no se le juzga, sino que ha pasado de la muerte a la vida” (Juan 5:24).
La fe en Jesús implica confiar en su sacrificio en la cruz para el perdón de nuestros pecados y creer en su resurrección, lo cual nos otorga la esperanza de la vida eterna. Es a través de nuestra relación personal con Jesús que recibimos la salvación y nos acercamos al Reino de Dios.
El arrepentimiento y el perdón
Jesús también nos enseña la importancia del arrepentimiento y el perdón para recibir el Reino de Dios. En el Evangelio según Lucas, Jesús dice: “Si no se arrepienten, todos ustedes también perecerán” (Lucas 13:3). El arrepentimiento implica reconocer nuestros pecados, sentir pesar genuino por ellos y cambiar de dirección para vivir en obediencia a los mandamientos de Dios.
Asimismo, Jesús nos llama a perdonar a aquellos que nos han ofendido o herido. En el Evangelio según Mateo, Él dice: “Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes” (Mateo 6:14-15).
La práctica de la justicia y la misericordia
Jesús nos pide que vivamos de manera justa y misericordiosa. En el Sermón del Monte, Él declara: “Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia” (Mateo 5:7). La misericordia implica tratar a los demás con compasión, bondad y perdón, reflejando así el amor y la gracia de Dios.
Además, Jesús nos anima a practicar la justicia en nuestras vidas. En el Evangelio según Mateo, Jesús habla sobre el juicio final y dice: “Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron” (Mateo 25:35-36).
Con estas palabras, Jesús nos muestra la importancia de ayudar y servir a los demás, especialmente a aquellos que se encuentran en situaciones de necesidad. A través de nuestras acciones justas y misericordiosas, nos acercamos cada vez más al Reino de Dios.
En resumen, Jesús nos pide amar a Dios y al prójimo, tener fe en Él como el Salvador, arrepentirnos de nuestros pecados, perdonar a los demás y practicar la justicia y la misericordia. Estos son algunos de los requisitos que Jesús nos presenta para recibir el Reino de Dios.