El perdón es un tema fundamental en la doctrina de la Iglesia Católica. En la enseñanza de Jesús, encontramos una referencia especial al mandato de perdonar no solo una vez, sino setenta veces siete.
Origen bíblico del mandato
La frase “perdonar 70 veces 7” se encuentra en el Evangelio de Mateo, en el capítulo 18, verso 22. En este pasaje, Pedro pregunta a Jesús cuántas veces debe perdonar a su hermano que peca contra él. La respuesta de Jesús es contundente: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.
Significado teológico
El mandato de perdonar setenta veces siete no se debe interpretar literalmente como un número exacto, sino como una invitación a perdonar de manera ilimitada. Es un llamado a practicar el perdón de forma continua, sin límites, tal como Dios nos perdona a nosotros incesantemente.
Fuentes primarias
Para comprender mejor el significado de perdonar 70 veces 7, es importante profundizar en las enseñanzas bíblicas y en la teología católica. Algunas de las fuentes primarias que podemos consultar son:
- El Evangelio de Mateo
- El Catecismo de la Iglesia Católica
- Documentos del Concilio Vaticano II
- Textos de los Padres de la Iglesia
Estas fuentes nos brindan una base sólida para comprender el contexto y la importancia del perdón en la vida cristiana.
El acto de perdonar
Perdonar no es un acto fácil, pero es esencial para la vida cristiana. Significa renunciar al resentimiento, al deseo de venganza y al juicio hacia aquellos que nos han herido. Perdonar implica liberar a la persona que nos ha ofendido de la deuda que tenemos hacia ella, permitiendo así el florecimiento de la reconciliación y el amor.
En la Biblia, encontramos varios ejemplos de perdón. Un ejemplo destacado es el perdón que Dios dispensa a la humanidad a través del sacrificio de su Hijo Jesús en la cruz. Jesús mismo enseñó el perdón al orar por aquellos que lo crucificaron, diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
El poder del perdón
El perdón no solo beneficia a la persona que es perdonada, sino también al que perdona. Al liberarnos del resentimiento y del rencor, experimentamos una sanación profunda en nuestro propio ser. El perdón nos libera de las cadenas del pasado y nos permite construir relaciones saludables y auténticas.
Otro aspecto importante del perdón es que refleja el amor y la misericordia de Dios. Al perdonar, nos acercamos más a la imagen divina que llevamos dentro de nosotros y nos unimos más profundamente a la voluntad de Dios de restaurar el mundo.